'Frustración del impulso amoroso'

Por Pedro L. Armano


La prensa rosa o del corazón le está quitando espacio y preponderancia a la amarilla y a la independiente. Frazer Bond, un estudioso norteamericano de la comunicación, señaló tres grupos de personas que conforman a la opinión pública: los intelectuales, los prácticos y los no intelectuales. A los últimos, los divide en los de frustraciones del impulso motor sencillo, del impulso de juego, del impulso de mando y del impulso amoroso. De éstos, dice: “La sexualidad frustrada trata de encontrar satisfacción en sueños románticos… cada una de ellas -las noticias ‘rosas-, de distinta manera, contribuyen a la satisfacción, a través de otra persona, del impulso amoroso frustrado”. Es probable que muchos individuos, pertenecientes a los prácticos y, por qué no, a algunos del grupo intelectuales, se hayan empezado a interesar en las vueltas del amor. Sumergidos en el hoy, donde la ocupación plena, el trabajo a deshora, la competencia, el estudio intenso con otras exigencias, las funciones hogareñas repartidas, la inserción laboral de la mujer, la obligatoriedad del deporte, para alcanzar una vida más saludable y, ahora, sumado el temor del desempleo y la crisis económica que se avecina como Sudestada, han optado por otras noticias. La operación tiene como resultado el olvido o el desgano de no querer aceptar -aún a sabiendas- que el amor se hace entre dos, y que se llegó a practicar hasta hace muy poco. Es cómodo leerlo en la prensa o verlo en la TV. Pero anularon lo sublime de ese intercambio de caricias y ternura.

También la sociedad actual creó lo que el sociólogo polaco Zygmunt Bauman denominó el amor líquido: “A diferencia de las ‘verdaderas relaciones’, las ‘relaciones virtuales’ son de fácil acceso y salida. Parecen sensatas e higiénicas, fáciles de usar y amistosas con el usuario, cuando se las compara con la ‘cosa real’, pesada, lenta, inerte y complicada”. En otra parte del libro, sostiene: “Los hogares ya no son un lugar de recreación compartido, de amor y amistad,…

A través de lo expresado, se comprende, entonces, por qué interesa cómo fue la separación y el divorcio de Nicolás Sarkozy y el posterior acercamiento a Carla Bruni, que su política exterior. El noviazgo de Lady Di con Dodi, sin importar mucho quién era: el heredero de un imperio económico. Los comentarios jocosos hacia las mujeres bonitas de Silvio Berlusconi, que su ideología política. De los amoríos de Vladimir Putin, que la visión de la Rusia en la actualidad. O la reacción de la líder socialista francesa Ségolène Royal contra la “prensa rosa”: amenazó con querellas a quien hable de su vida privada.

Y así se podría continuar con ejemplos que, en muchos medios, tales informaciones están en la sección exterior o en las revistas cubren la misma cantidad de páginas, que le dieron -algunas publicaciones- al retorno de la relación entre Penélope Cruz y Javier Bardem.


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- Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos. Zigmunt Bauman. Editorial Fondo de Cultura Económica. Buenos Aires, Argentina (2006).

- El diario argentino La Prensa del 15/03/09, en su página ‘El Mundo’, cubrió todo el centimetraje con lo siguiente: “Mujer de un solo hombre” -sobre la cantante Beyoncé-. “La chica más atractiva” -(Halle Berry)-. “La crisis afectó a Playboy”. “Cambio de look para Fergie” -(cantante del grupo Black Eyed Peas).

Rostro de mujer


Por Pedro L. Armano


Siempre tuve la duda de que si los dichos comunes derivan de las teorías complejas o si de los pensamientos profundos se basan las frases comunes.

Con relación a este tema, recalco que el tan mentado Sobre gusto no hay nada escrito, si se extiende un poco más podría llegar a confundirse con el concepto de ‘belleza’. Según Wikipedia: “La belleza es un concepto/cualidad abstracta y subjetiva (lo que para unos es bello para otros puede no serlo) presente en la mente de los seres humanos que produce un placer intenso, y proviene de ‘manifestaciones sensoriales o ideales’ “. En la antigüedad clásica “… la belleza constituía una cualidad que hacía que algo nos pareciese bello. A esta cualidad se la llamó armonía”. A partir de allí, se desarrollaron un sinnúmero de proposiciones de todo tipo: desde lo filosófico y artístico hasta lo sensorial y psicológico, pasando incluso por lo religioso. También están en juego los cánones -características convencionales-, según las épocas y las diversas culturas. Algunos autores sostienen que la belleza es lo agradable a los sentidos y, como consecuencia, produce placer. Otros, contraponen que lo que nos brinda placer no tiene que ser necesariamente bello. Observen, asimismo, lo complejo del tema al leer esta idea de José Ortega y Gasset: “El mundo de las cosas bellas es otro mundo que el real, y el hombre, al contemplarlo, se siente fuera de este mundo, extáticamente transportado al otro. El placer de lo bello es un sentimiento místico, como todo lo que nos pone en presencia de lo trascendente”.

En un artículo no se puede exponer las diversas teorías, y menos con mis escasos conocimientos sobre el particular. Lo que siento, es que mi intuición de la ‘belleza’ pasa por ‘me gusta o no me gusta’. Bastante elemental, como podrán apreciar.

Pero vayamos a lo nuestro.

Existen recovecos, líneas rectas y oblicuas, ángulos exactos, huesos y músculos ubicados en forma correcta que configuran un perfecto rostro de mujer. Si se acepta que aún hoy toda imagen está ‘producida’, no quita que esos rasgos específicos de la facción tienden a configurar una armonía. Tal vez, sea demasiado machista, para arribar a tamaña y rebuscada definición. Los elementos ensamblados como un rompecabezas fueron siempre, me parece a mí, patrimonio de las mujeres, aunque vociferen los efebos de ayer y de hoy o el esclavo del emperador Adriano, o Adriano mismo.

La conclusión de lo expuesto resultó consecuencia del impacto que me produjo una fotografía, aparecida en el diario español El País.com, de la actriz sudafricana Charlize Theron -con una triste historia, sin señales en su rostro-. No me deja mentir la periodista Aurora Intxausti: “Si la duda consiste en saber si esta mujer es de cerca tan espectacular como aparece en la pantalla sólo hay una respuesta posible: más. Tiene una frescura que resalta su belleza natural (…)”. Embajadora de la ONU contra la violencia de género, Charlize Theron participará a fin de mes en la Conferencia de Paz, que se llevará a cabo en Sudáfrica.

Tampoco es de las tontas de cara bonita.

En mi país hay demasiadas tradiciones y tabúes con los que hay que romper para poder denunciar sin problemas, entre otras cosas, las violaciones”. (De una entrevista del 08/03/09).


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El 'chapuzón' de Michelle Bachelet

Por Pedro L. Armano


He visto una fotografía de John F. Kennedy, un ciervo de catorce puntas como lo definió el escritor español Manuel Vicent, saliendo del mar, aplaudido por sus seguidores. (Recuerden que al presidente, muerto por magnicidio, le habían recomendado la natación como terapia, para su crónica dolencia de columna, después del accidente sufrido durante la Segunda Guerra Mundial). También a Barack Obama se lo registró, en su Hawai natal, regresando a la costa, después de nadar un tiempo prudencial. Durante el baile de gala por la asunción del presidente estadounidense electo, fueron fotografiados, al compás del vals, los ex mandatarios, más el actual. Aún, hace poco, ya ejerciendo el cargo, la TV lo mostraba en un estadio de básquetbol, mirando el encuentro de su team favorito, con un vaso de cerveza en la mano. La ministra israelí Tzipi Livni cantó con Dana Internacional. Carla Bruni posó desnuda, y hasta se le han hecho tomas en posiciones sugestivas: hoy es la primera dama de Francia. Lady Di fotografiada con Dodi Al-Fayed, antes del accidente automovilístico en París, y hasta el anterior Papa, Juan Pablo II, paseando por la montaña. O el actual Jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, tratando de imitar, en el día de su cumpleaños, a Freddie Mercury. Quedan otros en el tintero.

Entonces, no comprendo por qué causaron tanto revuelo dos o tres

fotografías, donde la presidenta de Chile, Michelle Bachelet, quiso disfrutar, en un impasse de la Segunda sesión plenaria de la Cumbre de América Latina y el Caribe (CLAC), de esas aguas cálidas de Costa do Sauípe, localidad brasileña en el estado de Bahía, que deslumbran y despiertan la sensualidad y el regocijo de cualquier ser humano normal. Sabe que jamás sentirá tal sensación en la espléndida Viña del Mar -Capital Turística de Chile, llamada también Ciudad Jardín-, porque sus aguas frías se deben al paso de la corriente fría de Humboldt o del Perú.

Si la vestimenta resultó ser “la piedra del escándalo”, no posee nada de extravagante: un traje de baño enterizo y negro, acorde con su edad, investidura y físico. Lo mismo que el de la amiga María Angélica Álvarez, directora de Programación.

Por lo tanto, cabe pensar que la sociedad chilena es muy pacata o la oposición busca flancos criticables, aunque sean nimios, o los medios de comunicación quieren simplemente vender más. Comparto la declaración del vocero presidencial del país trasandino, Francisco Vidal: “Cuando se levanta en la mañana tiene tres opciones: seguir revolcándose en las sábanas, bostezando; otros salen a correr, y a la presidenta le gusta bañarse si hay playa”.



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