POSTALES: La fotografía de la reina Rania

Por Pedro L. Armano


La fotografía de la reina Rania de Jordania, publicada por el diario español El País, muestra un rostro tenso y preocupado. El epígrafe denota aún más lo que se ve: “La Reina Rania de Jordania asiste con rostro preocupado a una rueda de prensa de UNICEF en Amán, sobre la situación de los niños en la franja palestina de Gaza (…)”. Y no es para menos. Los precisos bombardeos israelíes a objetivos neurálgicos -militares y civiles- van dejando un tendal de víctimas de distintas edades que está poniendo de pie a la comunidad internacional. Ya se escuchan voces de intelectuales, de un bando y del otro, sobre esta precaria zona de beligerancia constante.

Entonces, es propio de considerar que la reina, -la tercera mujer más bella del mundo y como salida de uno de los cuentos de Las mil noches y una -, esté anonadada con las muertes de los niños inocentes. Cabe recordar que la soberana es una permanente trabajadora en entidades filantrópicas centradas en los derechos de la mujer y los niños.

Por otro lado, el profesor de Sociología de la Universidad Complutense de Madrid, Ignacio Sánchez-Cuenca, argumenta: “Ambos bandos llevaron a cabo acciones que ponían en peligro el precario cese de hostilidades.” Los vecinos jordanos de los palestinos y de la Franja de Gaza lo deben sentir así. Dicho esto sin “justificar el acoso criminal constante de Hamas contra las poblaciones civiles de Israel“, según el escritor peruano Mario Vargas Llosa.

Tanto intelectuales, pensadores, analistas y políticos tienen sus posiciones tomadas, pero coinciden en poner punto final ‘definitivo’ -y valga el adjetivo- al conflicto. “Sólo la paz duradera será su gran victoria -la de Israel-”, remata su artículo del domingo en El País el escritor español Manuel Vicent. “Nuestros corazones se han endurecido y nuestros ojos se han nublado”, dijo el periodista israelí Gideon Levy al cual Mario Vargas Llosa le agradece, porque todavía quedan justos en Israel. Mientras, deja una velada crítica a los ahora tibios progresistas Amos Oz y David Grossman.

Si mi memoria no me falla y comprendí el concepto en forma correcta, el rabino argentino Sergio Bergman planteó que se debe ir a una mesa de diálogo, donde ambas partes llevarán ‘internalizada’ una profunda y verdadera vocación de paz. De lo contrario, todo volverá a foja cero, como siempre.

Deseamos que los palestinos formalicen su comunidad sin el aparato bélico israelí presente y activo, como una espada de Damocles, y participar tranquilos de la vida cotidiana en cualquier ciudad de Israel: concurrir al supermercado, asistir a clase, viajar en colectivo o tomarse un café en alguna confitería, olvidando las garras del terror, que siempre estuvieron al acecho.

Y, por supuesto, disfrutar nuevamente con alegría de la sonrisa de la reina.


pedroarmano@hotmail.com




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