POSTALES: Su majestad, el trasero



Por Pedro L. Armano


El escritor español Javier Cercas afirmó que ha vuelto el destape. Algo así como un neodestape. Sin embargo, por lo visto hasta la fecha, más que detenerse ha ido in crescendo. Se puede afirmar, incluso parafraseando el trillado dicho del puente y el agua, que desde los trajes de baño de las damas, donde se veían sólo los tobillos hasta la tira delgada que divide ahora las nalgas, ha pasado mucha arena bajo los pies.

Aunque les incomode a los cultores del arte -no soy mojigato-, la diferencia entre el erotismo y la pornografía es una línea muy delgada, y debido a esa delgadez suele romperse a menudo. Lo que sí es de considerar que España, después de un período férreo, por supuesto también hipócrita, como el de Francisco Franco, el destape fue una liberación no sólo en el sentido sexual sino, también, en el desarrollo total de la persona.

Pero volvamos a lo nuestro. El Diccionario de la Lengua utiliza en el caso de erotismo y pornografía similares sinónimos: voluptuoso, libidinoso o lujurioso, obsceno y vicioso. De donde se puede deducir que esa línea gris deja para la subjetividad la determinación de un término o de otro. (Recuerden a don José de San Martín que, siendo Protector del Perú, prohibió “la introducción de libros obscenos, con láminas o sin ellas (…)”. No obstante, el general hacía uso de la prostitución como hombre y buen soldado. En la actualidad, no existe película alguna, tanto comedia como las de terror, que no contengan alguna escena de sexo).

Si uno se detiene frente a un quiosco de diarios y revistas, observará que en el 70% de las tapas de las publicaciones figura una joven de tres cuarto de perfil, donde el trasero fue el último descubrimiento y, por lo tanto, resaltado a más no poder. ¿Cuánta dista una tapa con aquella dama bonita, dibujada y coloreada a la acuarela, de la joven insinuante con las nalgas al descubierto? Hoy se cuidan los traseros -¡hasta se reparan con cirugía!- como las facciones de la cara.

De cualquier manera, yo soy partícipe de que el cuerpo perfecto de una mujer, con rostro agradable además, encarna el ideal de la belleza.

No quisiera finalizar sin antes transcribir lo citado por Javier Cercas: “ (…) pero no olvidaré jamás un strip-tease de Ágata Lys, reina total del destape: se la veía al otro lado de una ventana, de frente y a lo lejos, vestida de blanco; mientras se quitaba la ropa sonaba una pieza de Mozart; al final se daba vuelta, se quitaba el sujetador y mostraba su espalda desnuda: dirán ustedes que es la apoteosis del kitsch, pero yo no creo haberme emocionado tanto en un cine en toda mi vida”.

Ya ven, en todos lados y épocas, se cuecen habas.


pedroarmano@hotmail.com

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