El 'vocablo' comparar



Por Pedro L. Armano


Si nos detenemos unos segundos, para observar la fotografía que publicó El País.com, con el título de ‘Maratón de entrevistas’, donde se registran tres reportajes seguidos que concedió el presidente Barack Obama, surge de inmediato en la mente de cualquier ciudadano argentino la palabra ‘comparar’. La acepción más sencilla, se encuentra en el diccionario: tr. Fijar la atención en dos o más cosas para distinguir sus semejanzas o diferencias. Cotejar. En el caso argentino se inclinaría más por las diferencias que por las semejanzas. Hay que contar con los dedos de las manos, y sobrarían, las escasas entrevistas y/o reportajes que brindaron el ex presidente Néstor Kirchner y la actual presidenta Cristina Fernández. Y, de esos pocos, siempre fueron acotados, con respuestas admonitorias o irónicas, o dando ‘ciertas’ indicaciones o ‘clases’, e incluso agrediendo a periodistas o mofándose de él, por el medio al que representaba.

No quiero tampoco con lo explicitado, hacer una defensa a ultranza de los medios masivos de difusión, pero sí deseo realzar la función específica del periodismo como tal. Ya no soy tan pequeño como para creer en la total independencia de las empresas, aunque se debe aceptar que en el concierto de las sociedades democráticas existen difusores de noticias, no sólo de la mera información sino, también, del contexto donde se produjeron esas informaciones y su interpretación, que se convierten en diversos puntos de vista, de acuerdo con el matiz o el interés político de los medios que la publican o difunden.

La función del cuarto poder es ciertamente la de controlar y criticar a los otros poderes tradicionales, pero puede hacerlo en un país libre, porque su crítica no tiene funciones represivas: los medios pueden influir en la vida política del país solamente creando opinión.”, sostiene Umberto Eco. Por lo tanto, no quiero ingresar en la discusión de la ‘Ley de radiodifusión’ y quién está en lo cierto o no. Tampoco, me interesa cuestionar o sostener las ideologías terminantes o definitorias de los partidos políticos. Simplemente, presento ante los lectores los hechos concretos de gobiernos democráticos que, con ciertas actitudes, determinan una política activa, para el bien común, y otros que vuelcan todos sus esfuerzos en tratar de coartar la libertad de prensa, que es uno de los pilares fundamentales en el sostén de los gobiernos que se autodenominan democráticos.

Sin entrar en detalles de si EE.UU. es un ‘imperio’ o una ‘potencia’ que impone sus criterios políticos y/o militares a otros gobiernos, en beneficio propio, el simple acto de posibilitar una entrevista a la más alta investidura del país a tres medios seguidos, permite especular que se está frente a un gobierno que no trata de esconder su política, sino de ofrecer aclaraciones -o bien proposiciones- a la sociedad que lo votó.

De arriba abajo en la fotografía, el presidente Barack Obama responde a George Stephanopoulos de la ABC, Bob Schieffer de la CBS y a David Gregory de la NBC.

Ojalá que alguna vez, los argentinos podamos ver algo semejante, para quedarnos tranquilos de que se tomó por la senda correcta, donde gobiernos legítimos van hacia una democracia segura, estable y moderna. Sería un problema menos.

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- La fotografía es de Peter Souza. (19-09-2009).


pedroarmano@hotmail.com

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